miércoles, 27 de diciembre de 2017

Grullas invernantes en Doñana - 2015

GRULLAS INVERNANTES EN CÁDIZ? - 2015







- El día 8 de enero de 2015, por la tarde, a las 6.30, se produjo un paso masivo de centenares o quizás miles de  grullas en dirección a las marismas de DOÑANA que están situadas en el margen derecho, muy cercano a la desembocadura del Guadalquivir; en la zona de "BONANZA - ALGAIDA" en Sanlúcar de Barrameda (CADIZ).
Fue un verdadero espectáculo verlas cruzar el cielo en forma de V. Pasaron varios grupos (desde las 6.30 hasta las 6.45 aproximadamente.
- A partir de ese día, hasta el día de la fecha (13-01-2015) - están pasando todos los días en dirección a las campiñas de Jerez por las mañanas sobre las 8 de la mañana y vuelven, en dirección a las marismas sobre las 6.30 de la tarde.
- Unos días pasan más que otros. Lo que hace suponer que toman variados destinos en busca de alimento.

martes, 18 de abril de 2017

ZAMPULLÍN COMÚN - un habitual en la Laguna de Tarelo.

Zampullín Común (un habitual en la laguna de Tarelo).


Tachybaptus ruficollis

El Zampullín Común Tachybaptus ruficollis el más pequeño y a la vez el más abundante de los somormujos europeos y quizá el más escondidizo de todos, por lo menos durante la época de la reproducción. En ella los adultos tienen el plumaje de las partes superiores, incluida la cabeza, de color marrón negruzco. Los carrillos, la garganta y parte anterior del cuello son castaño rojizo. El pecho es parduzco y el resto de las partes inferiores es de color blanco grisáceo, más oscuras en los flancos.




 Los ojos son marrón rojizos, rojo brillante en la época de la cría; el pico es negro con la punta blanca y en él es muy visible la base de color verde amarillento. Las patas y pies son verde oliva o grisáceos. En conjunto esta pequeña ave acuática presenta un aspecto redondeado y de cuerpo romo, sin cola. El pico es fuerte, proporcionalmente y puntiagudo.




 A partir del mes de agosto comienza una muda que cambia completamente la coloración de su plumaje. Pierde las plumas de las alas con rapidez y en apariencia y visto de lejos su plumaje es pardo con las partes superiores más pálidas que durante la reproducción, desapareciendo también el color rojizo del cuello. Las partes inferiores son entonces muy blancas.

Los jóvenes del año pueden ser distinguidos por las manchas blancas bien definidas que tienen en los lados de la cabeza.


La identificación de esta ave no ofrece dudas, pues a su pequeño tamaño y coloración de plumaje ya descrito, une el ser el único somormujo europeo que no desarrolla durante la reproducción las plumas ornamentales tan características de los demás somormujos. También es muy característica la forma de la parte final del cuerpo. Normalmente lleva las plumas de ella de forma que le dan una apariencia aún más chata, como si de la popa de un barco se tratara.




Al volar lo hace en general por cortas distancias, muy bajo sobre el agua. En migración su vuelo es más alto, pero con frecuencia se le puede también ver a pocos metros de la superficie del mar. Sobre la tierra vuela alto, pero no lo suficiente para que su voz no pueda ser escuchada. Los demás somormujos europeos tienen menos tendencia a volar. El Zampullín Común se zambulle en seguida que se le sorprende y es muy tímido, en especial durante la reproducción. A distancia y con poca luz puede ser confundido en esta época con los jóvenes de ZampuIlín Cuellinegro Podiceps nigricollis, pero su plumaje es mucho más marrón por encima y el pico más recto, además de tener el cuerpo corto y romo por detrás.





Se zambulle continuamente y permanece bajo el agua por períodos que no suelen superar los 15-20 segundos. Si se espera a que reaparezca y se le sigue, vuelve a zambullirse de nuevo, pero si se insiste levanta el vuelo, batiendo rápidamente las alas y se aleja una corta distancia solamente. La segunda zambullida dura poco y se nota que necesita un tiempo prudencial para recuperarse. Durante la reproducción es frecuente que si está alarmado sólo asome fuera del agua la cabeza. A veces es difícil de descubrir, pues permanece entre la vegetación acuática mostrando solamente el cuello y la cabeza. Esta actitud es muy corriente en él.






Su hábitat típico durante la primavera y parte del verano lo constituyen lagunas con vegetación acuática, charcas, remansos, colas de embalses, etc. Parece rehuir grandes extensiones de agua y rara vez sale al descubierto. En la mitad final del verano aparece en los estuarios y en las costas, siempre solitario o viéndose dos próximos y mostrando una gran querencia al lugar donde puede ser observado el mismo zampullín por varios días consecutivos. Witherby señala que aunque en pocas ocasiones, puede ser visto en tierra, permaneciendo entonces en posición tiesa con facilidad, con el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante y los tarsos formando un ángulo de unos 60°. También puede andar y aun correr bien en cortas distancias.
 En el invierno, en zonas apropiadas pueden formarse pequeños bandos que reposan en lagunas y zambulléndose continuamente, a veces al unísono. Si son asustados, todos levantan el vuelo a la vez y resulta un espectáculo curioso ver a estos pequeños somormujos de vuelo rápido con alas cortas y redondeadas y sobresaliéndoles por detrás del cuerpo las patas, sin que se aprecie el color blanco que tienen las plumas secundarias y que solamente es notorio si se examina en la mano.




La voz del Zampullín Común puede ser escuchada muy a menudo a partir del mes de marzo y hasta el de junio inclusive. En julio desciende su frecuencia y en los meses del otoño se oye esporádicamente. En invierno permanece casi mudo, comenzando a oírsele en los últimos quince días de enero. Su voz más típica y conocida es un trino emitido en tono muy alto, que casi recuerda al relincho de un caballo situado lejos. Cuando está alarmado al acercarse a él un observador, lanza continuamente un suave «¡uit!» En vuelo es bastante silencioso, aunque de forma ocasional también se puede escuchar su trino en las noches de otoño sobre zonas bien iluminadas, que indudablemente le atraen.


Normalmente en lugares favorables de la mitad sur de la Península los zampullines comienzan a ocupar sus territorios a partir de mediados de febrero. No obstante, en esas fechas aún se ven muchos formando pequeños bandos. Marzo es el mes más propicio para observar el cortejo nupcial, que, a diferencia del representado por otros somormujos, en esta especie que carece de plumas ornamentales en la cabeza y cara, los sonidos forman el principal componente de aquél. Su nota típica puede ser emitida por uno solo de los miembros de la pareja o por los dos, estando ambos muy juntos o mirándose cara a cara. Algunas veces el trino es bastante corto, pero en otras (Huxley, 1919) existe considerable variación en los tonos y en la longitud y duración de los sonidos. El dueto que los dos pájaros forman es curioso, mirándose mutuamente y estirando sus cuellos al máximo. Estas ceremonias pueden ser efectuadas lo mismo entre los carrizos que en aguas libres de vegetación. Frecuentemente después de una de estas emisiones vocales, uno de los pájaros se zambulle y cuando vuelve a la superficie inmediatamente continúa su canto junto al otro. Huxley no fue capaz de hallar diferencias entre los sonidos emitidos por el macho y la hembra, aunque no se pueden excluir. Señaló, sin embargo, que la diferencia en tamaños entre los miembros de una pareja es siempre clara y mucho más marcada que, por ejemplo, en el Somormujo Lavanco Podiceps cristatus. También apreció variedad en la coloración. Se sabe que el Zampullín Común es un ave muy territorial y defiende su zona con gran apasionamiento. En los lagos o charcas, donde varias parejas ocupan una reducida zona de vegetación acuática que, además, comparten normalmente con otras parejas de anátidas como el Ánade Azulón Anas platyrrhynchos, las luchas que mantienen unos con otros por un pequeño territorio no son para describir. La zona libre de vegetación parece ser lugar neutral donde los zampullines se confunden con las fochas comunes Fulica atra y las luchas se interrumpen.



La construcción del nido comienza en los últimos días de marzo y más a menudo en abril. Se observa que la preferencia de esta especie por pequeñas extensiones de agua es tan grande que si al lado de un gran lago existen pequeñas charcas o lagunejas, los zampullines mantienen en éstas una muy superior densidad. El nido es construido por ambos sexos y forma un montón desordenado de hierbas y plantas acuáticas medio podridas colocadas sobre la superficie del agua, y que ambos adultos traen del fondo de la laguna. A veces estos nidos resultan destruidos por una inesperada crecida de las aguas. Sin embargo, los zampullines tienen un sentido especial para ello y en lugares donde la elevación del nivel del agua es cosa frecuente, procuran construir el nido entre arbustos a regular altura sobre la superficie. En el centro de ese montón de plantas y en la depresión que se forma al sentarse encima los zampullines, efectúan la puesta consistente normalmente en cuatro huevos. Puestas de cinco y seis no son infrecuentes y a menudo se encuentran también de tres, siendo raras las de dos huevos. Estos son de color blanco o blanco cremoso, tiñéndose paulatinamentente de pardo rojizo e incluso son marrones al final de la incubación. Para cien huevos medidos por Jourdain se obtuvo un promedio de 37,8 x 26,2 mm. Como la especie cría por lo menos dos veces, la reproducción puede prolongarse hasta el mes de septiembre, pero lo normal es que ya a finales de julio los pollos de la segunda puesta estén casi emplumados. 






       * La incubación que empieza con el primer huevo dura 19-20 días para cada uno. Éstos son dejados por la hembra en días alternos y se hace difícil calcular el período de la incubación con exactitud, puesto que ésta puede empezar también con la puesta de uno de los últimos huevos. Witherby señala 23-25 días desde el comienzo de la incubación hasta que el último huevo haya eclosionado. Ambos pájaros toman parte en ella y están siempre extremadamente alerta (Bird, 1933). El zampullín que está incubando, si es molestado, deja el nido inmediatamente y cubre los huevos con hierbas, antes de alejarse. Si se lanza al agua permanece cerca con todo el cuerpo sumergido, dejando sólo la cabeza fuera del agua. Poco a poco va asomando el cuello y ya tranquilizado vuelve al nido. Aparentemente hay períodos diarios constantes para la incubación por cada uno de los adultos. El relevo es efectuado previa una curiosa ceremonia cuando el pájaro que llega realiza como una reverencia, acompañada de un suave silbido que apenas es perceptible, trayendo en el pico trozos de plantas verdes con las qué contribuye a que el nido sea cada vez más abultado.

Se cree que la fermentación producida por la vegetación medio podrida aportada al nido contribuye a la incubación. Normalmente cada pájaro al ir a iniciar el relevo trae siempre algún material para el nido. Los jóvenes zampullines son atendidos en el agua por ambos adultos y con frecuencia se colocan sobre el dorso de los padres, donde permanecen medio ocultos entre las plumas, sin inmutarse cuando aquéllos se zambullen. Si la hembra anida otra vez, el macho se encarga de atender a los jóvenes. De hecho siempre que se ve sólo a uno de los adultos en compañía de los pequeños hay que suponer que una nueva puesta ha comenzado. Una tercera cría parece ser ocasional.


(Las imágenes están tomadas de internet y son lo  más parecidas a las que he observado)

Los zampullines comunes se alimentan, sobre todo, como ya se ha dicho, de insectos acuáticos. Pequeños peces y moluscos son también parte importante en la dieta. De éstos se han determinado principalmente Littorina, Valvata, Rissoa y Lacuna. Igualmente pequeños crustáceos (Gammarus spp.) y escasa materia vegetal. Rara vez plumas y pequeños guijarros se han encontrado en su estómago.
Esta especie netamente paleártica se distribuye en Europa por todo el Continente menos en los países escandinavos, donde solamente se reproduce en el sur de Suecia. Falta también en Islandia. En Iberia habita regularmente por todos sitios con densidades regulares. Las mayores concentraciones están probablemente en las Marismas del Guadalquivir, lagunas y marismas del Aveiro (Portugal), delta del Ebro, Laguna de Gallocanta en Zaragoza, Albufera de Valencia, etc., por citar lugares naturales. También en las colas de los embalses y debajo de vegetación colgante en orillas de las isletas en ellos formadas. Tampoco escasea en los remansos de muchos ríos y, en general, pasa muy desapercibido. En Baleares se reproduce en Mallorca, es dudoso en Menorca y falta en las demás islas. Aragüés (1974) estima que en 1973 en la Laguna de Gallocanta (Zaragoza) criaban no menos de 60-70 parejas. Pardo-Santayana (1974) calculaba para el pantano del Ebro en 1973 unas 50-70 parejas. En las marismas del Guadalquivir la población es muy grande, probablemente la mayor de la Península.

Muchos zampullines europeos emigran hacia el Sur en el otoño y se ven en nuestras costas y estuarios, por lo que una notable población invernante puede unirse a los pájaros nativos. En el censo efectuado en enero de 1972 en toda España y que Bernis estimó como muy incompleto por diversas razones, solamente se contaron 631 zampullines comunes, cifra muy inferior a la que debería resultar de la alta población que se reproduce en la Península Ibérica todos los años, más la apreciable cantidad de invernantes extranjeros. Sin embargo, en el recuento de zampullines se dan causas curiosas que impiden un censo más exacto. En el invierno de 1968-69 en Portugal, Pagezy y Trotignon no fueron capaces de ver más que un solo Tachybapyu ruficollis y éste en las extensas marismas de Aveiro (Portugal). Cualquier embalse español de las provincias de Badajoz y Toledo reunía en las mismas fechas varios centenares de zampullines. En el invierno de 1973-74 en el delta del Ebro se censaron solamente 84 zampullines, cantidad muy inferior a lo que se podía esperar para aquel lugar. En enero de 1974 en las lagunas de las provincias de Sevilla y Cádiz se contaron 310 zampullines comunes. Dado que este pequeña acuática inverna por doquier, ya sea en una pequeña charca, laguna o embalse, fácil es deducir cuán numerosa puede ser la población invernante en la Península Ibérica.





Los zampullines ibéricos sufren grandes pérdidas todos los años. Ya cuando los pequeños pollos dejan a duras penas el nido y se lanzan al agua, tienen numerosos enemigos que diezman sus efectivos. El Aguilucho Lagunero Circus aeruginosus y otras aves de presa no son peores enemigos que las fochas. Peces tan voraces como el Lucio Esox lucius pueden también atacarlos con éxito.

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Laguna de Tarelo - Estudio medioambiental


"ESTUDIO medioambiental DE LA LAGUNA DE TARELO" 
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LAGUNA DE TARELO - SANLUCAR DE BARRAMEDA -
LOCALIZACIÓN y DESCRIPCIÓN GENERAL

Laguna del Tarelo:

CARACTERÍSTICAS GENERALES Y LOCALIZACIÓN 
- Provincia: Cádiz
Municipio: Sanlúcar de Barrameda
Tipo de Humedal: Permanente sobre limos y arcillas
Régimen Hídrico: Permanente-fluctuante
Salinidad: Hiposalino

Vista de los amplios caminos que están próximos al acceso a la laguna.



1. DESCRIPCIÓN GENERAL.
La Laguna del Tarelo es de origen artificial y se construyó en los años ochenta para la extracción de áridos. Situada en el término municipal de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, se encuentra dentro del espacio denominado Pinares de la Algaida, en la zona sur del Parque Natural de Doñana.

Laguna del Tarelo Orla de vegetación .- La orla de vegetación que rodea la laguna, está formada por carrizo (Phragmites australis), eneas (Thypha dominguensis y T. latifolia) y taraje (Tamarix africana). Presenta también un pinar (Pinus pinea) de repoblación con el típico matorral mediterráneo asociado a él. También pueden observarse en las inmediaciones de la laguna parcelas agrícolas de cultivos de intensivo. La laguna del Tarelo, a pesar de su origen, constituye un refugio ideal para muchas aves acuáticas, algunas en peligro de extinción. Se puede observar con facilidad numerosa avifauna; entre otras la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), el porrón moñudo (Aythya fuligula), porrón común (Aythya ferina), la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), focha común (Fulica atra), garceta común (Egretta garzetta) y martinete (Nycticorax nycticorax).






2. ENCUADRE GEOLÓGICO.

Hoja Magna: 1033 y 1047
Litología 1: Limos arenosos y arcillosos, con algún nivel de arenas y grava, de edad cuaternaria.
Litología 2: Limos y sal.
Litología 3: Arenas cuaternarias blancas o amarillentas con restos de conchas (flecha litoral del Monte Algaida).




Ubicación del humedal:
La laguna de Tarelo se ubica en el vaso dejado por una actividad extractiva abandonada en la flecha litoral eólica del Monte Algaida (3).
 Esta flecha descansa al N sobre materiales limosos de la marisma del Guadalquivir (1 y 2),
- mientras que por el S descansa sobre arenas pliocuaternarias, y éstas sobre margas azules del tortoniense superior - andaluciense (ambos términos no afloran en la zona de estudio).
Mapa geológico E 1: 100000





Características Hidrogeológicas:
- Permeabilidad de las litologías fundamentales:
La flecha arenosa del Monte Algaida (3) constituye un buen material acuífero.
 En su parte sur, a la altura de la localidad de Sanlúcar de Barrameda, es atravesada por la divisoria de aguas de las cuencas del Guadalquivir (al N) y del Guadalete-Barbate (al S), por lo que el flujo subterráneo debe responder aproximadamente a esa división.
El grueso de la flecha, donde se ubica la Laguna de Tarelo, formaría un acuífero colgado sobre los materiales impermeables de marisma con flujo subterráneo hacia el N,
- mientras que la parte sur final estaría en conexión hidrogeológica con las
arenas pliocuaternarias de la U.H. 05.57 Rota-Sanlúcar-Chipiona


3. CARACTERÍSTICAS AMBIENTALES.
3.1. SEDIMENTO
El sedimento de esta laguna está constituido principalmente por arena y una menor proporción de arcilla. Durante el muestreo se percibía un leve olor a descomposición por la presencia de restos vegetales en el fondo.




3.2. ESTRUCTURA VEGETAL Y HÁBITATS.
Dentro de un entorno de pinares (Pinus pinea) lentiscares (Pistacia lentiscus) y brezales (Erica spp.) se encuentra este bello humedal, de origen artificial que se ha naturalizado en poco tiempo. Hay un excelente desarrollo de vegetación palustre asociado, en el que caben destacar densas poblaciones de
tarays (Tamarix sp.), carrizo (Phragmites sp.) y enea (Typha sp.), creando un cinturón heterogéneo y denso que sirve de refugio y cría a una elevada diversidad de avifauna.
- La conectividad de la vegetación propiamente terrestre, con la vegetación palustre proporciona
un entramado de hábitats muy diversos para la fauna vertebrada. La amplitud de helófitos sumergidos en el interior del humedal aumenta esta heterogeneidad. Sin embargo, este humedal es muy frágil en el perímetro que no contacta con el pinar. La presión antrópica es muy alta en esta zona por la cercanía de los cultivos al humedal, que disminuyen la amplitud de la orla de helófitos.





4. INDICADORES FÍSICO-QUÍMICOS.
- La medida de fósforo y nitrógeno totales superan con creces los límites máximos que contempla en sistema ECOFRAME, lo que pone en relieve el elevado nivel trófico de Tarelo.
Los nutrientes disueltos alcanzan valores relativamente bajos, pero hay mucha biomasa de fitoplancton. La concentración de clorofila es muy alta, encuadrada en la hipereutrofia según ECOFRAME, por lo que los nutrientes se encuentran principalmente en forma de biomasa. De hecho,  de la enorme cantidad de fósforo total, la proporción que se encuentra disuelta no es alta. Así, el sistema es eutrófico pero con las proporciones de las distintas formas de fósforo bien equilibradas.
El conjunto de indicadores fisico-químicos encuadra la Laguna de Tarelo como eutrófica o hipereutrófica.









5. INDICADORES BIOLÓGICOS.

5.1. FITOPLANCTON.
El fitoplancton muestra un desarrollo muy importante, con la División Chlorophyta mucho mejor representada que las demás.





VERANO:
Cryptophyta, Cyanophyta, Chlorophyta, Dinophyta, Bacillariophyceae.
Las especies mayoritarias pertenecen a los géneros:
Oocystis, Chaetoceros y Cryptomonas, especialmente el primero.
La composición del fitoplancton muestra que la laguna es eutrófica,
ya que aparecen especies frecuentes de medios salobres y enriquecidos de nutrientes.
- Además, el fitoplancton es lo suficientemente abundante como para hablar de una eutrofia alta. Chaetoceros sp.






5.2. ZOOPLANCTON.
La densidad de zooplancton en la laguna de Tarelo es muy alta (1.153 ind/l), y como se puede observar en el gráfico, está dominada por microfiltradores (nauplios y rotíferos), lo que pone de manifiesto que el nivel de eutrofia es elevado en el momento del muestreo.

VERANO:
- Copepoda, Nauplio, Rotatoria.
En el grupo Copepoda dominaron las formas larvarias y los estadíos del pequeño ciclópido, Metacyclops stammeri. 
- Dentro del grupo Rotatoria, la abundancia relativa se debe casi en un 100% a la densidad del rotífero euplanctónico: Brachionus plicatilis. Este rotífero es filtrador y polífago, se alimenta de detritos orgánicos, bacterias, clorococales, volvocales, euglenales, criptomonadales, cianobacterias y rodofitas.
La elevada densidad de fitoplancton está favoreciendo la elevada proliferación de pequeños filtradores: Metacyclops  y Brachionus.
- Cabe destacar que Metacyclops stammeri y Brachionus plicatilis toleran una elevada salinidad. En este humedal, la conductividad medida es alta debido principalmente al cloruro sódico. 
En la península, Brachionus plicatilis ha sido recolectada en lagunas costeras y endorreicas, con elevada o moderada salinidad y frecuentemente se han observado poblaciones densas, probablemente porque otros rotíferos u otros filtradores no pueden competir en condiciones de alta salinidad (de Manuel, 2000).





5.3. MACROINVERTEBRADOS.
La distribución por abundancia de los macroinvertebrados presentes en este humedal es la siguiente:





VERANO
Arthropoda Mollusca.
- La densidad de macroinvertebrados en la laguna de Tarelo es elevada (9.733 ind/m²) y el phylum más abundante es Arthropoda. Una vez más, es la familia Chironomidae la más abundante, clasificándose su presencia en la laguna como “excesiva”, debido a que su densidad es superior a los 1000 ind/m². El phylum Mollusca también tiene representación en la laguna, aunque su densidad es baja y se restringe a la familia Hydrobiidae.
- Abundancia y  presencia de algunas familias:
Chironomidae sp1 F Excesiva y Chironomidae sp2 E Dominante
Hydrobiidae D Abundante.
Sphaerominae D Abundante.
En verano es muy común la Larva Hydrophilidae.


Laguna del Tarelo:

CARACTERÍSTICAS GENERALES Y LOCALIZACIÓN 
- Provincia: Cádiz
Municipio: Sanlúcar de Barrameda
Tipo de Humedal: Permanente sobre limos y arcillas
Régimen Hídrico: Permanente-fluctuante
Salinidad: Hiposalino.



Laguna de Tarelo desde varios ángulos de vista:













MALVASÍA - (emo-malvasia.blogspot.com)



sábado, 8 de agosto de 2015

EL VERDERÓN = "VERDÓN"

VERDERÓN = VERDÓN - Chloris chloris



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Magnífica foto de Leoncio - 2014


El VERDERÓN Común  -  figura clasificado como: Carduelis chloris – LINNAEUS 1758 - actualmente se usa más Chloris chloris.
Orden: PASSERIFORMES.   *FAMILIA: FRINGILIDAE.
El nombre común más usado es el de VERDERÓN pero en Andalucía y Extremadura es más conocido por VERDÓN.



Verderón Común -  Tomado de www.pajaricos.es/masverderon.htm
 Copiado de esta fuente con breves anotaciones que no cambian el texto
Chloris chloris

DESCRIPCIÓN
El Verderón Común, Chloris chloris, es un sólido pájaro de cuerpo compacto y cabeza grande, cuyo plumaje, visto de lejos, parece solamente verde. Sin embargo, de cerca, o teniéndolo en la mano, el macho posee matices muy destacados. El obispillo es amarillento, las plumas primarias de las alas tienen manchas amarillo vivo, lo mismo que los laterales superiores de la negruzca cola. Las partes superiores, cabeza y espalda, son pardo grisáceas teñidas de verde oliva oscuro; el mentón, la garganta y el pecho son verde amarillentos con tinte gris, y el vientre y las axilas muy amarillos. El pico cónico y muy fuerte, es blancuzco con el extremo pardo oscuro; los tarsos y los pie son color carne, muy claros, y el iris de los ojos es pardo.


La hembra no tiene la coloración amarilla verdosa tan destacada. La cabeza, nuca y espalda es pardo grisácea oscura, con algún rayado. El obispillo es verde amarillento, y la partes inferiores, pardo grisáceo teñidas de verde amarillento. El bajo pecho y el vientre son amarillos o blanquecinos. En los laterales de la cola tiene menos amarillo que el macho. En conjunto, su plumaje es mucho menos brillante. Los jóvenes verderones se parece a las hembras, pero las partes superiores de su cuerpo están muy rayadas, y lo mismo sucede en el obispillo, que no es amarillo, sino pardo. En el pecho y vientre hay un ligero tono amarillo sobre el gris general.

El pico fuerte y el color general verdoso oscuro del plumaje, en el que destaca mucho el borde anterior de las alas, las primarias y la parte superior de las rectrices de la cola con vivo color amarillo, son rasgos tan inconfundibles como la solidez de su cuerpo cuando lo descubrimos saltando por el suelo, entre la hierba o la tierra llena de plantas parásitas de una rastrojera, donde, generalmente, come en el otoño e invierno.


COSTUMBRES y HABITAT:
El Verderón Común rehuye los  bosques densos, pero no zonas arboladas claras o linderos. Prefiere huertos de frutales y árboles formando hileras que alternan con césped en parques, jardines y avenidas. Es más abundante en las zonas próximas a ciudades y pueblos, e incluso dentro de ellos en calles y plazas, donde anida casi al alcance de la mano en árboles de adorno y grandes arbustos y emparrados. En la campiña, las parejas están dispersas cerca de cortijos y caseríos, bordes de carreteras caminos, etc.


Muy gregario después de la cría, su dispersión empieza inmediatamente que los jóvenes son capaces de valerse por sí mismos. Su vuelo es ondulado y potente, con batidos de alas que alterna con planeos, llevando aquéllas bien plegadas junto al cuerpo. En primavera, las parejas establecidas para criar se posan normalmente en las ramas altas de los árboles, los machos siempre al descubierto. En invierno pueden concentrarse sobre arbustos y plantas que tengan mucho fruto, como laureles y hiedras. Hallándose ampliamente distribuido por todas partes, es uno de los pájaros más abundantes de la avifauna europea.
 Newton (1972); estima, por ejemplo, que su población en las Islas Británicas puede estar cerca del 3 por 100 de la del total de pájaros que habitan aquellas islas, y en 11º lugar en abundancia con respecto a las demás especies.


EL CANTO DEL VERDERÓN
El Verderón Común es un pájaro expresivo, pero que emite notas y canto poco musicales. Si está alarmado, lanza un plañidero e insistente ¡tsuiit! En vuelo, un repetido y acelerado ¡chichichichichi! Pocas semanas antes de la primavera empiezan los machos a lanzar un recio y prolongado zurrido ¡tsuirr...! También al volar o posados en grupos emiten insistentemente un suave ¡chip, chip! El canto es un gorjeo melodioso, pero no muy musical ni en tono muy alto, formado fundamentalmente por un conjunto de notas sin relación unas con otras, y entre las que introduce intermitentemente un suave ¡tsuii! Tanto este canto como la llamada de los machos son lanzados desde posadero alto en árboles o arbustos, y también el canto en vuelo de celo. En días soleados de enero no es infrecuente escuchar la voz de los machos viejos ya establecidos en su territorio, pero realmente no lo hacen con fuerza hasta pasado el 15 de febrero. Mayor intensidad tiene en abril y mayo, pero puede continuar fuerte en junio y julio, e incluso en agosto. El canto otoñal en octubre es muy esporádico.



ALIMENTACIÓN:
En función de su potente pico y gran tamaño, es un pájaro muy voraz que necesita diariamente una gran cantidad de alimento vegetal. Enumerar todas o parte de las semillas y frutos que come sería interminable, puesto que come de todo. Las semillas de lino, trigo, avena, alpiste, cáñamo, girasol, etc., pueden concentrar ingentes cantidades de verderones, tanto en los campos donde se recogen o hay residuos de cosechas como en las proximidades de silos y almacenes. Allí crean verdaderos problemas y tienen que ser ahuyentados con ingenios de carburo que producen explosiones intermitentes y que son eficaces a medias, porque los pájaros pronto llegan a acostumbrarse a ellas.




CELO Y CRÍA:

El celo de los verderones comienza pronto. Muchas parejas se han establecido ya en febrero, pero realmente no puede decirse que este pájaro sea un reproductor muy temprano, y aunque los machos realizan vuelos circulares ya en el mes de marzo, en general los primeros nidos no están construidos hasta la última semana de abril. Nidos en marzo son regulares en algunas zonas, pero excepcionales en general. Con seguridad puede estimarse un periodo desde el 12 de abril hasta el 5 de mayo como de construcción de los primeros nidos. Utiliza para ello lugares muy variados, que van desde una planta trepadora o la hiedra que cubre una pared hasta altos árboles, pasando por arbustos siempre verdes y pequeños o medianos árboles de adorno o sombra plantados en parques, jardines y avenidas.
 No hacen el nido a mucha altura, pero tampoco cerca del suelo. Habitualmente prefiere la horquilla de una rama, y no son pocos los que están bien pegados al tronco principal. Bastante voluminoso, el nido está formado por hierba seca y musgo junto con tallos finos y forrado en su interior con fibras vegetales, raicillas, pelo y no es infrecuente encontrar también plumas o un poco de lana. Newton estima que los nidos de los verderones son justamente colocados fuera del alcance de nuestro brazo, y esto es realmente cierto.

La puesta normal está casi siempre entre cuatro y seis huevos, muchas veces hay cinco y más raras son las de tres y siete. Jourdain cita incluso una de ocho huevos. Tienen la cáscara lisa y brillante, y su color es azul muy pálido, algunos blanco sucio y con puntos y rayas muy esparcidos por toda la superficie de color pardo rojizo o violáceo. Huevos atípicos, pueden ser completamente blancos, y hay considerable variación en su forma y tamaño. Jourdain, para cien huevos colectados en la campiña británica, da un promedio de medida de 20,6 por 14,8 mm., con un máximo de 24,1 por 14,2 mm., o 23 por 16,5 mm., y mínimos de 18,6 por 15,5 mm. o 21,5 por 12,2 mm. (raza chloris). Pizarro D'Almeida obtuvo para el norte de Portugal en 18 huevos una media de 19,6 por 14,1 mm., con extremos de 18,2 a 21 por 13,6 a 14,9 mm. (raza aurantiiventris).


 * La incubación corre a cargo totalmente de la hembra, quien se sienta ya antes de completar la puesta, aunque entonces deja el nido con gran facilidad en cuanto alguien se acerca. A los trece días nacen los pollos (trece-catorce, Jourdain; doce-catorce, Harrison) cubiertos con un plumón gris blanquecino bastante largo y abundante. El interior de la boca es rosa fuerte, y no hay puntos oscuros en la lengua. Las comisuras son blanco amarillentas. Durante la incubación la hembra es alimentada asiduamente por el macho en el mismo nido. Los pollos son cebados por ambos adultos, los primeros días con larvas de insectos (Lepidoptera y Diptera, sobre todo), pero a los cinco-siete días la regurgitación de semillas es continua, unas enteras y muchas rotas y formando como una pulpa amarillenta o verdosa. A los ocho días ya tienen completamente abiertos los ojos, y a menudo salen del nido a los trece días, siendo todavía incapaces de volar. En lugares concurridos, como arboledas de jardines y parques públicos, calles, avenidas y plazas de pueblos y ciudades, los jóvenes verderones que dejan el nido sin saber aún aletear para mantenerse entre las ramas y el follaje, perecen en el suelo. Los que crecen en zonas tranquilas de la campiña pueden permanecer en el nido dieciséis y dieciocho días. Dos puestas en cada temporada son normales todos los años para cada pareja. Algunas, sin embargo, crían tres veces, y a ellas tienen que corresponder los nidos y pollos volanderos que se encuentran a finales de agosto y primeros de septiembre.

DISTRIBUCIÓN:  El Verderón Común se halla distribuido por casi toda Europa, excepto en Islandia y mitad norte de Escandinavia. En todas partes es un pájaro abundante y popular. Lo mismo sucede en la Península Ibérica. Cría en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, y su densidad es muy alta lo mismo en el Norte que en el Sur de Iberia, alcanzando altitudes de más de 1.500 metros, no faltando en bosques de montaña ni en arboledas y valles cercanos a la costa.

VARIEDADES:  Vaurie (1959) distingue para Europa fundamentalmente dos subespecies: Chloris chloris chloris, que desde Escandinavia y Rusia al Norte, y las Islas Británicas al Oeste, llegaría al Sur hasta Francia, Suiza e incluso Córcega y Cerdeña. Esta raza es más oscura, más grisácea y menos amarillenta que la otra, Chloris chloris aurantiiventris, que habitaría desde el sur de Hungría y al sur del paralelo 47° N., en Francia, distribuyéndose por Iberia, Italia, Yugoslavia, Balcanes y noroeste de Africa, desde Marruecos a Túnez. Su color es más verde por encima y más amarillo debajo, en ambos sexos, que la denominada chloris, y, sobre todo, los machos son mucho más amarillos en la garganta y el pecho.

SEDENTARIO O MIGRADOR:   La especie es, en gran parte, sedentaria en todo su hábitat. Sin embargo, existen movimientos amplios, unos son migradores propiamente y otros simplemente erráticos de corto radio en otoño e invierno, y también hay una cierta trashumancia invernal que se acusa, sobre todo, en los jóvenes, y rara vez en los adultos de más de un año de vida. A la Península Ibérica llegan muchos verderones de las poblaciones europeas pertenecientes a la subespecie chloris, como se ha comprobado siempre al capturarlos para anillamiento en Zumaya y Fuenterrabía (Guipúzcoa). El paso primaveral es allí muy intenso desde finales de febrero con buen tiempo, pero regularmente en marzo y abril, junto con otros fringílidos. Muchos pertenecen a la raza aurantiiventris, son muy amarillos y resultan fáciles de identificar. Estos pasan tarde, en general, no antes de primeros de abril y aún a primeros de mayo. Los machos de la raza chloris, que algunos pajareros confunden con hembras de la subespecie meridional aurantiiventris, pasan, sobre todo, en marzo y en la primera quincena de abril. En el otoño las primeras llegadas se notan en los campos a partir de la segunda semana de octubre, y si el tiempo es bueno, lo que viene sucediendo desde hace años, los bandos no se hacen sensibles en el Norte antes de noviembre, frecuentando entonces los campos donde se ha cultivado el maíz. En toda la Península Ibérica el paso es acusado. Incluso en el Estrecho de Gibraltar, Thiollay y Perthuis (1975), desde sólo dos puestos de observación, entre el 5 y el 20 de octubre contabilizan en vuelo hacia Africa 3.756 verderones. Los primeros días sólo diez-cincuenta por día, y a partir del 12, de doscientos a novecientos. García Rúa (1975) registra en Algarrobo fuerte paso el 6 de octubre, y en la playa de Tarifa (Cádiz), ve numerosos bandos el 14 del mismo mes. En la orilla opuesta (zona de Tánger, Marruecos), Pineau y Giraud-Audine (1976) notan los primeros movimientos de llegada al comienzo de noviembre, y el paso hacia el Norte en primavera se observa ya el 27 de marzo. Los campos donde se cultiva el girasol, concentran grandes cantidades, y los bandos que allí se observan forman a veces verdaderas nubes.


Los cambios repentinos de tiempo, con fríos fuertes en noviembre, diciembre y enero, provocan verdaderas irrupciones de verderones europeos, muchos de los cuales, sin duda, invernan en los campos franceses. El intenso anillamiento a que ha sido sometido este pájaro en toda Europa ha permitido establecer que una gran parte de su población es sedentaria o se mueve en otoño e invierno muy poco. Boyd (1931) estableció claramente que los verderones jóvenes comienzan a dispersarse a las pocas semanas de dejar el nido. En su primer año de vida viajan más que cuando ya adultos han criado en una zona y se establecen entonces en ella el resto de su vida. Las recuperaciones de anillados son casi siempre a distancias inferiores a cinco kilómetros del lugar de nacimiento. Esto supondría como máximo un territorio de unos 80 kilómetros cuadrados en los que presumiblemente se movería el pájaro durante el otoño e invierno en un viajar errático. Hay, sin embargo, registradas numerosas capturas de anillados lejanos. Bannerman (1953) creía difícil que ningún Verderón británico llegara a Iberia, aunque ya conocía uno de origen belga anillado y capturado en Guadalajara. La raza típica chloris no había sido registrada todavía en invierno por los numerosos ornitólogos ingleses que recorrían nuestras tierras y campos andaluces. No obstante, ya hay una recuperación en España de un Verderón británico, y que es por el momento el récord en distancia para este pájaro (1.100 km.). Este caso aislado no debe hacer pensar en una gran entrada de verderones de aquellas islas. Pero es indudable, que pese a lo escrito y observado por los ornitólogos ingleses, un buen número de los verderones que frecuentan nuestros campos en el invierno pertenecen a la raza europea chloris. Dentro de Iberia, y referido a la población nativa, hay un claro erratismo invernal, pero también trashumancia. No otra cosa demuestra, por ejemplo, la captura de un Verderón joven anillado en Milagro (Navarra), y recuperado cuatro años después cerca de Madrid (Boadilla del Monte), en el mes de noviembre, a 290 kilómetros al Sudoeste. También en Baeza (Jaén) otro joven macho anillado en agosto fue recuperado dos meses más tarde en Torrox (Málaga), a 130 kilómetros al Sur-sudoeste. Otro más, anillado igualmente en Baeza, en mayo, probablemente en plena reproducción; fue recuperado en Algeciras, a 260 kilómetros al Sudoeste, en octubre, dos años después. Muchos más ejemplos atestiguan esta trashumancia, y no pocos un erratismo de corto radio o marcada preferencia sedentaria, criando en el mismo lugar año tras año.

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